Como sabemos, las nubes públicas son el tipo más común de implementación de informática en la nube. Los recursos en la nube (como los servidores y el almacenamiento) son propiedad de un proveedor de servicios en la nube que los administra y los ofrece a través de Internet. Con una nube pública, todo el hardware, el software y los demás componentes de la infraestructura subyacente son propiedad del proveedor de nube, que también los administra.
En una nube pública, comparte el mismo hardware, el almacenamiento y los dispositivos de red con otras organizaciones o “inquilinos” de la nube, y obtiene acceso a los servicios y administra su cuenta a través de un explorador web. Con frecuencia, las implementaciones de nube pública se usan para proporcionar correos electrónicos web, aplicaciones de Office en línea, almacenamiento, y entornos de desarrollo y prueba.
Una nube privada está compuesta por recursos informáticos en la nube que utiliza exclusivamente una empresa u organización. La nube privada puede ubicarse físicamente en el centro de datos local de su organización u hospedarla un proveedor de servicios externo. Sin embargo, en una nube privada, los servicios y la infraestructura siempre se mantienen en una red privada, y el hardware y software se dedican únicamente a su organización.
De esta forma, una nube privada puede lograr que una organización pueda personalizar de forma más sencilla sus recursos para cumplir requisitos específicos de TI.
Una nube híbrida es un tipo de informática en la nube que combina la infraestructura del entorno local, o una nube privada, con una nube pública. Las nubes híbridas permiten que los datos y las aplicaciones se muevan entre los dos entornos.
La nube híbrida está evolucionando para incluir también cargas de trabajo perimetrales. El proceso perimetral aporta la capacidad informática de la nube a los dispositivos IoT, más cerca de dónde residen los datos. Al mover las cargas de trabajo al perímetro, los dispositivos invierten menos tiempo en comunicarse con la nube, lo que reduce la latencia e, incluso, pueden funcionar de forma confiable en períodos prolongados sin conexión.
Según un reciente informe de IBM, sólo el 3% de las empresas de todo el mundo utiliza una única nube privada o pública (frente al 29% de hace dos años), por lo que la nube híbrida se ha consolidado como la arquitectura de TI dominante para hacer frente a los problemas relacionados con la dependencia del proveedor, la seguridad, el cumplimiento y la interoperabilidad.
El estudio, basado en una encuesta realizada a casi 7.200 ejecutivos de alto nivel que trabajan en 28 sectores diferentes y en 47 países distintos, sostiene que estamos viviendo una era híbrida y de nubes múltiples, en la que disponer de cargas de trabajo completamente trasladables es una expectativa para el 79% de las empresas.
Más de dos tercios (69%) afirmaron que la dependencia de un proveedor es un “obstáculo importante” para mejorar el rendimiento empresarial en la mayoría o en todas las partes de su entorno de nube.
Pero no es sólo el bloqueo del proveedor lo que frena a las organizaciones. Para dos tercios (64%), el cumplimiento de la normativa relacionada con el sector es un obstáculo importante para mejorar el rendimiento de la nube, mientras que las puertas traseras y los fallos del sistema también se citaron como preocupaciones.
“Nuestro estudio muestra que el mensaje de los responsables de la toma de decisiones es claro: quieren ser capaces de utilizar una combinación de diferentes soluciones en la nube para satisfacer diferentes necesidades, y quieren hacerlo de forma segura, sin estar encerrados en un solo proveedor”, dijo Mark Cox, Director de Nube Pública de IBM Reino Unido e Irlanda.
“Un modelo de nube híbrida abierta es el mejor diseño para abordar estas necesidades y será la arquitectura fundacional que impulsará la próxima ola de transformación e innovación en todos los sectores.”